Esta prohibido llorar a los aficionados y al estadio

Esta tarde del viernes algunos de los pocos aficionados presentes en el estadio Capitán San Luis, abandonaron la instalación con lágrimas en los ojos, fue el último partido del calendario para Pinar del Río, ante su público, pues los tres restantes  se jugarán en Matanzas, los próximos lunes, martes y miércoles.

El dolor y la tristeza son sentimientos que convergen entre los parciales del conjunto beisbolero, por varias razones. Tenemos un equipo de lujo, una constelación de estrella, y los resultados no se concretaron. Faltó  de todo,  consagración, disciplina, entrega y una buena dirección.

La afición soporta también porque su estadio en finales, muy pocas veces apaga sus luces o cierra sus puertas. Pinar del Río, es un contendiente de respeto y su presencia en momentos decisivos  del campeonato es tan normal, como el viento del sur y el agua de manantial.

No es  fácil ver los toros desde la barrera. La ausencia del protagonista de legendarias batallas en la pelota nacional, deja un vacío por cuya pendiente escapa un sentimiento de pena y dolor, al cual pudiera sumarse en las próximas horas Industriales.

Pero a ponerle fuerzas, que nada nos separé de la fe y la  esperanza, que fertilizó siempre viejas y nuevas historias de este equipo, multiplicadas por el amor del pueblo pinareño.

No puede haber llanto, si estamos alimentados de una gloria, que nos identifica, desde oriente y hasta occidente. Todo tiempo futuro será mejor, estaremos sobre la faz de la tierra para disfrutarlo de corazón.

Esta prohibido llorar a los aficionados y al estadio.