Tío, caramba, se te quema el pan!

Esta mañana un amigo de esos que son apasionados al equipo Pinar del Río, me dijo con voz entre cortada y las cejas fruncidas: “Nos estamos tambaleando periodista”.

Ja, ja, ja, yo sonreí y casi sin pensarlo me brotaron muchas ideas, que traté de organizar con la mayor brevedad.

Le comenté, Don Pedro no pierda la orientación, los pinareños tienen un equipo joven, capaz de emular y ganar, hasta con sus  propias mentes.

Pueden tener un bache, una racha adversa, pero hasta ahí, pues el desaliento tiene la puerta cerrada, y bien cerrada, entre estos valiosos muchachones.

Por eso con seguridad le afirmo,  lo que pasó en Santiago de Cuba (Pinar del Río perdió tres partidos), fue una simple escaramuza, y usted puede perder una escaramuza Don Pedro, pero nunca la guerra.

El viejuco panadero y fan a Pinar, vuelve a la carga para tocar con las manos varios puntos neurálgicos  de la armada verde-amarrilla. Me habla del picheo, de la presión que tienen los muchachos y  termina con una pregunta: ¿Julito, no piensa usted, al equipo se le puede aflojar el cinturón?

Respondo: eso pudiera pasar, pero donde hay hombres que son hombres, no hay fantasmas, y si los hay, se desmoronan como un merengue en la puerta del colegio, porque para llegar a ser, primero hay que ser.

Qué  lástima no poder seguir charlando con Don Pedro.

Todo termina de manera original.

Sale un sobrino disparado como un resorte y grita con desespero: “Tío, caramba,  se te quema el pan”.

Así termina el encuentro con Don Pedro.