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VIDA, AMOR Y DEPORTE

Pedro Luis Lazo: tu retiro, un mañana que nunca llegará

Pedro Luis Lazo: tu retiro, un mañana que nunca llegará

Este domingo 26 de diciembre, alrededor de 20 mil personas y una historia, estremecían los legendarios cimientos del parque pinareño Capitán San Luis.

Toda  la familia del béisbol, desde oriente y hasta occidente, vivió  momentos de alegría y nostalgia, con el adiós  como pelotero activo  de Pedro Luis Lazo.

Una masa humana disciplinada, entusiasta y reconocedora,  llenó de amor el estadio y la vida,  de este fabuloso maestro del deporte, único pelotero del mundo, con participación en cuatro juegos olímpicos, y medallista dorado en dos, Atlanta-96 y Atenas 2004.

El rasca cielo es una época y una luz. Así de sencillo, siempre lo soñó el pueblo, hasta convertirlo en ídolo, por sus extraordinarios méritos  como atleta y ser humano.

Para nadie es un secreto Lazo despertó el apetito de los caza talentos de las llamadas Grandes Ligas, y en general de los mercaderes del deporte.

Al final de la partida, la intención de utilizar al negrón como punta de lanza en la política agresiva de Estados Unidos contra Cuba,  siempre se frustró.

Entre otras cosas, fue precisamente el amor a su tierra y su pueblo, lo que miles de aficionados fueron a reconocerle al rasca cielo, este inolvidable domingo de diciembre.

A Lazo, nunca se le cayó la bola, nadie pudo convencerlo de cambiar su patria por dinero, no importa las ofertas tentadoras y que la plata corriera a chorro.

El  lanzador latino más ganador en la historia del béisbol, incluyó las llamadas Grandes Ligas, y otros certámenes tradicionales importantes de México, República  Dominicana, Venezuela y Puerto Rico, nos deja un bonito legado.

En los minutos finales de la emocionante despedida, el gran ídolo del montículo lanzó flores al público. Fue esa la mejor manera de dejar para siempre su corazón, entre los que aprendieron a quererlo.

Despedir un amigo. Escribir los parlamentos de ese histórico momento y realizar su locución,  fue una gran oportunidad que me ofreció la vida. Te doy las gracias Pedro Luis, por haberme encomendado tal responsabilidad.

Tu retiro del béisbol fue para todos nosotros, un mañana que nunca llegará.

Buena suerte, muy buena suerte, campeón.
       


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