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VIDA, AMOR Y DEPORTE

Nachito, ¡lleva tiempo llegar a ser joven!

Manuel Calderón Moncayo, parece estar decidido a mantener siempre como primer recuerdo de la vida, sus inolvidables cinco años como estudiante de la Escuela Internacional de Deportes, en Cuba (2005-2010).

Nachito, como le llamamos  compañeros, familiares y amigos, es segundo de tres hermanos, que vieron luz y existencia por la relación sentimental del Ing. Manuel y la Lic. Isabel.

Este joven preparado en Cuba, hoy integra el staff del Departamento Técnico Metodológico de FEDENADOR;  es el benjamín del grupo y vive enamorado de la tarea que realiza, pues la considera el viaje soñado, que le permitirá siempre disfrutar de la gran aventura de la vida.

Oriundo de la  provincia Los Ríos y con solo 24 años, Manuel,  me reta  cuando comenta: “toda persona necesita conocer un camino recto para seguir, una verdad  sin sombras para creer y una vida autentica para abrazar”.

Te aseguro Nachito, tienes bien puestos los pies sobre la tierra, y aunque desde hace años dejaste tu bicicleta, lo que aprendiste es suficiente para saber maniobrar con sabia, montado en un buen patín.

Sobre los encantos de Cuba, este muchachón  de sonrisa picaresca y nobleza sin límites, recuerda la hospitalidad de nuestro pueblo, la bondad de ayudar sin esperar nada a cambio y sus amores encubiertos. Sobre esto último,  no hay comentarios adicionales, solo me dice: “guardo siempre la fe con que me hablaron del cielo”.

Para Calderón Moncayo, sus días más tristes en la Isla, se resumen en dos momentos: el paso de los temibles huracanes y las desagradables noticias llegadas desde Ecuador, que confirmaron la pérdida de familiares queridos.

Antes de finalizar nuestro encuentro, este joven Licenciado en Cultura Física y Deporte,  agradece al presidente de la matriz deportiva nacional, Ing. Julio Ramírez Mora, la posibilidad de trabajar en FEDENADOR, junto a experimentados especialistas nacionales y extranjeros.

Tampoco oculta una gran verdad; su deseo de regresar a Pinar del Río(estuvo un año), de visitar la Facultad Nancy Uranga Romagoza y agradecer, a profesores y amigos, las manos que una vez le extendieron para atrapar su corazón.

Tras conversar con este chico, usted comprende que lleva tiempo llegar a ser joven.



 

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