El ejemplo de Cuba brilla como un sol
LA COVID-19 obligó a cerrar las fronteras en muchos países. Atletas, entrenadores y otros especialistas del deporte quedaron varados lejos de casa. Para algunos, el regreso mereció el agradecimiento a las gestiones gubernamentales. Otros no han tenido esa suerte.
Desde el principio de la pandemia, Cuba tuvo en la mira el retorno de sus ciudadanos presentes en diferentes naciones, incluidos los integrantes del movimiento deportivo. Incluso, cuando dejaron de volar la mayoría de las aerolíneas se produjeron viajes humanitarios.
Los tiradores Leuris Pupo y Jorge Félix Álvarez, ambos clasificados para los Juegos Olímpicos de Tokio, cumplían una base de entrenamiento en Perú junto a su entrenador Meinardo Torres. Ellos, junto a ocho féminas del voleibol, viajaron a La Habana en uno de esos aviones.
A su arribo, y en medio de la cuarentena de 14 días, alabaron las gestiones de la representación diplomática cubana en Lima, por sus atenciones y la coordinación para la salida.
Más recientemente, Alfonso Urquiola, gloria del deporte y mánager de los equipos pinareños de béisbol, volvió a su hogar tras un mes y medio de cuarentena en Panamá y 14 días de aislamiento en un centro cercano a la capital de su provincia.
Basten esos ejemplos para ilustrar el humanismo reinante en el archipiélago antillano, donde en medio de tantas urgencias no se descuidaron los posibles regresos a casa.
Otros atletas del mundo, sin embargo, no han tenido tanta suerte para volver a su tierra.
Por estos días resuena el caso del judoca argentino Emmanuel Lucenti, quien permanece en Georgia con su esposa y su pequeño hijo de un año. En Tiblisi, el tres veces olímpico vive una agonía ante la falta de vuelos especiales.
«Estamos muy angustiados y preocupados por no poder volver a Argentina. Teníamos pagados nuestros pasajes y ahora no tenemos dinero para quedarnos hasta septiembre cuando vuelva a funcionar normalmente el aeropuerto de Ezeiza (Buenos Aires)», explicó Lucenti a medios internacionales.
Frente a estos y otros casos, que no demuestran necesariamente olvido o dejadez, pero sí lo complicado de estos trámites en la actualidad, se eleva la actitud de Cuba.
Hoy, la Isla posee todavía 45 atletas en el exterior, pero con todos se mantiene una fluida comunicación y atención. Además, las representaciones diplomáticas están prestas a apoyarlos. En definitiva se trata de otros embajadores, los del deporte cubano.
(Tomado del diario Jit)
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