¡Dios evite el naufragio de la barca!
Escribo pocas líneas sobre el tema, no es el momento de precipitarnos, pero tampoco vale sembrar falsas expectativas. Mis seguidores y amigos, conocen muy bien que nunca fabriqué imposibles, nocivos hasta a la hora de redactar cuatro letras.
Nuestros directivos del deporte son responsables de no hablarnos con los pies sobre la tierra, desde el primer momento.
Ojalá el heroísmo de nuestros atletas y equipos en Barranquilla, reviertan el naufragio de un velero, de cuya grandeza todos vivimos eternamente orgullosos. Es una vergüenza perder la legendaria hegemonía regional. Me resisto tan solo a pensarlo. Esta celebraciones regionales son las más antiguas del mundo.
Desde los XI Juegos en 1970 en Panamá, y hasta la fecha (en ocho oportunidades) de manera ininterrumpida Cuba domina la parte más encumbrada del podio.
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