Hagamos lo posible y lo imposible para salvar el béisbol

Hoy se reanuda la 56 Serie Nacional de Béisbol, ya estamos en la segunda ronda. Matanzas, Ciego de Ávila, Granma, Villa Clara, Camagüey y Holguín, con sobrados méritos, ganaron sus boletos; otros como Industriales y Pinar del Rio, decepcionaron al respetable.

Esta campaña se recordará siempre por irregularidades y desaciertos que lejos de fortalecer nuestro primer pasatiempo, dejan un sombrío panorama, difícil de borrar sin el concurso de todos los que disfrutamos y sufrimos con la pelota cubana.

Ojalá no volvamos a comenzar una temporada en el caluroso mes de agosto, cuando "el sol parte las piedras" y peloteros, árbitros, directivos y otro personal, se derriten en los terrenos. También, cuando la lluvia nos persigue, y las suspensiones de partidos están a la orden del día.

En resumen, en materia de beisbol, hay cuestiones que resolver con la mayor brevedad para tratar de salir de un campo minado, que resulta peligroso hasta para los propios zapadores. La Comisión Nacional y el INDER tienen que trazar una política seria o terminará naufragando la barca.

Dediquemos los próximos párrafos de este comentario al equipo pinareño. Es increíble el papelazo, se desmoronaron como un merengue en la puerta del colegio; me resulta difícil aceptar que fueron al lugar 11.

Es cierto que hay temporadas malas, que no siempre se puede ganar, todo eso es verdad, pero tomando en cuenta la nómina vueltabajera y lo deprimido que observamos a la casi totalidad de los conjuntos, el nuestro podía incluirse entre los seis.

No hay tiempo para lamentarnos, es momento propicio para hacer un análisis a camisa quitada sobre todo lo malo que hoy azota al beisbol, en los municipios, las provincias y el país. Únicamente así, reconociendo errores y rectificándolos, saldremos adelante.

 

Pinar del Río debe ser ejemplo, como en otras oportunidades, e iniciar un proceso que no espera, para salvar nuestra pelota.