Sub 23 de béisbol: nos tocó bailar con la más fea

El equipo Pinar del Río, decepcionó a sus parciales en el Campeonato Nacional Sub-23 años de Béisbol, cuya etapa clasificatoria finalizó el pasado 4 de Julio, con triunfos a nivel de grupos de Artemisa (A), Villa Clara (B), Ciego de Ávila (C) y Santiago de Cuba (D). En realidad, dejaron que desear los vueltabajeros.

El mentor José Soto y sus verde- amarillos salieron con favoritismo, pero un Artemisa bien parado que sumo 23 victorias y 13 derrotas, se encargó de ganar el único boleto finalista del apartado, contra todos los pronósticos. Otro eliminado en este sector fue La Habana.

Con sobrados méritos los muchachos de la Villa Roja se cuelan entre los cuatro equipos que discutirán el trono. Por cierto, tendrán un duro escollo en semifinales, pues la novena de Villa Clara los visitará del 10 al 12 próximos, para un play off complicado, de tres a ganar dos.

Retomamos el tema inicial, y nos preguntamos ¿qué paso con los más occidentales en la competencia sub 23 de béisbol? En la pelota hay tres aristas que suman y cuentan, para un resultado decoroso y cuando fallan es como si el mundo de desplomara.

Una sencilla hojeada a las estadísticas, nos permite asegurar que los pinareños estuvieron disminuidos a la ofensiva, con anémico promedio colectivo de 246, y con una defensa de 964, muy lejos de buenos augurios. Hay una conclusión que salta a todas luces; a la hora de batear y fildear, no funcionaron los muchachos.

A lo anterior debemos añadir, que los lanzadores trabajaron para 4,20 anotaciones limpias por cada desafío de nueve entradas. O sea, para triunfar los maderos debían responder con no menos de cinco carreras en un partido.

Manejados esos elementos, queda claro, Pinar del Río se desplomó en los tres departamentos fundamentales, y eso nadie lo podrá refutar.

Otros detalles que son cuestionados por los aficionados, como conflictos entre peloteros y dirección del equipo, bajas de jugadores y disciplina, dentro y fuera del terreno, este comentarista no tiene suficientes elementos para mostrar la autenticidad de las razones.