Duarte-Ferrer: Dos voces, un narrador
Duarte Alonso (en primer plano) y Ferrer Pimienta. Foto y texto: Michel Contreras/Cubadebate.
Difícilmente exista en Cuba (y de seguro no habrá muchas en el mundo) una pareja de narradores deportivos que lleve tanto tiempo haciendo dupla. Tantos outs, tantos jonrones, tantas victorias pinareñas han celebrado Julio Duarte Alonso y Sebastián Ferrer Pimienta desde sus micrófonos, que de alguna manera cabría decir que hablan, más que en castellano, en verde.
Ambos pasaron ya la curva de los 60 años, y ambos son de origen campesino. “Somos par de guajiros”, comenta uno. Duarte nació en Pons, al lado de Minas de Matahambre. Ferrer, en Santa Fe, un poblado de esa tierra fecunda en tabaco, San Luis. Hace ya casi cuatro décadas, sus estilos se juntaron para darle una fisonomía propia al seguimiento de las andanzas de Pinar en la pelota, y a tal punto acoplaron que hoy se menciona a uno y de inmediato viene a la cabeza el otro. Constituyen dos voces, pero un solo narrador.
Únicamente así, guardándose de modo mutuo las espaldas, pudieron sobrevivir a los traspiés del hombre (que no faltan) y también de la vida, que son muchos. No ha importado el restringido reconocimiento que se obtiene en los medios provinciales, ni tampoco las limitaciones que impone el calendario. Duarte y Ferrer, sumados sus esfuerzos, desembocan en motivos de orgullo para Radio Guamá y Pinar del Río
Los comienzos
Julio Duarte Alonso: “Llevamos trabajando juntos desde 1978. Yo empecé en este mundo en 1973, y Ferrer un poquito después. Desde entonces para acá han sido cuatro décadas enfrentando muchas situaciones codo con codo, y narrando centenares de juegos de pelota, pero también encuentros de voleibol, baloncesto, hockey sobre césped, balonmano y peleas de boxeo. Todos los campeonatos que Pinar del Río ha ganado, han sido transmitidos para la radio por nosotros. Fíjate que te hablo de 37 ó 38 temporadas de modo ininterrumpido”.
Sebastián Ferrer Pimienta: “Yo fui lanzador de Pinar en la Serie Nacional de 1972.* Al final de esa campaña hubo una convocatoria para que los interesados en ser narradores se presentaran en lo que en esa época se llamaba la Cadena Occidental de Radio. Nos presentamos alrededor de 40 muchachos, y los seleccionados fuimos Julio y yo”.
Las tribulaciones
SFP: “¿Cuántos kilómetros llevamos en la carretera? ¡Se rompió el cuentamillas! Eran viajes constantes por toda Cuba, y antes sí que era complicado, con días de dormir en las cabinas de un estadio, en las gradas, en los albergues de los atletas, sin poder bañarnos”…
JDA: “Una vez no teníamos hospedaje en Sancti Spíritus y tuvimos que irnos para Guayos; terminamos alojados en un hotelito que no se me olvida que la habitación simple costaba 65 centavos y la doble, 1.50”.
Las chispas
JDA: “¿Problemas con peloteros o técnicos? Ha sido extraño eso. Recuerdo por ejemplo una vez que dije que Ramón Villabrille había salido flojo, y a la familia no le gustó nada la expresión y él se molestó conmigo. Pero eso no ha sido lo común”.
SFP: “Yo tuve un pequeño roce con Jorge Fuentes. Lo critiqué en medio de un choque, y al bajar de la cabina me dijo, irónicamente: ‘Te voy a proponer para que el año próximo dirijas tú el equipo’. Pero no pasó nada más, y hoy por hoy somos excelentes amigos”.
La ceguera
SFP: “Con el fanatismo hay que tener cuidado. Hubo un tiempo que solo narrábamos para la audiencia nuestra, pero luego llegó el encadenamiento, nos escuchan en otros territorios, y en eso hemos sido muy respetuosos. No ha habido una sola provincia que haya llamado a la emisora pinareña para criticar algún tipo de ofensa o menosprecio por parte de nosotros. Yo quiero que gane mi equipo, pero sin arrollar a los otros desde la cabina”.
JDA: “Yo pienso, porque así me enseñaron, que el equipo sale a ganar su juego en el terreno, y el de los narradores lo ganamos en la cabina. Al final de la noche, más allá de si Pinar triunfó o no, lo más gratificante es que nos viremos uno para el otro y nos digamos ‘esta transmisión quedó excelente’. Cuando eso pasa, nosotros ganamos nuestro juego de pelota. Y aprovecho para decirte algo que se debe corregir: cuando hace aproximadamente siete años y alegando motivos de presupuesto, se decidió que los narradores de las emisoras provinciales solo narraran los juegos que sus equipos efectuaban en casa, le mataron una parte de la identidad beisbolera a esos territorios. Porque a los santiagueros les gusta escuchar a la CMKC, y a los camagüeyanos, a sus narradores de Cadena Agramonte. Así ocurre en todo el país. Ese error hay que enmendarlo pronto”.
La comunicación
JDA: “A estas alturas tenemos un gran sentido de la comunicación entre nosotros. Eso es imprescindible en el trabajo que hacemos, donde muchas veces hay que apelar a códigos de señales para decirse las cosas. Por eso se nos ha hecho tan incómodo cuando uno de los dos se ha tenido que ausentar y ha sido necesario trabajar ese día con una pareja improvisada”.
SFP: “Yo creo que he dormido más tiempo en la misma habitación con Julio, que con mi mujer a pesar de los 34 años que tenemos de casados. Imagínate, son demasiados años en la carretera, de un lado para otro. Fíjate si somos uno solo desde hace mucho rato, que él fue el padrino de mi boda”.
El fatalismo
JDA: “El mirar por encima del hombro a los periodistas provinciales es un hecho cotidiano, aunque la verdad, yo he tenido oportunidades. He estado en las coberturas de tres Olimpiadas y dos Panamericanos, en tres Mundiales de Boxeo… Se me ha tenido en cuenta. A mi entender, no ha sido así en el caso de Ferrer, que ha merecido más”.
SFP: “Realmente he podido trabajar en pocos eventos internacionales fuera del país, tal vez haya merecido más como dice Julio, pero preferiría comentarte que también la provincia ha sido dura conmigo. Todavía vivo en San Luis, a unos 20 kilómetros de la capital provincial, y en medio de las temporadas de pelota hago los viajes a diario, de una forma o de otra. A los 66 años no es fácil enfrentarse a este viajeteo (eso para no mencionarte los años noventa, cuando el transporte se puso en crisis), y no me parece que resulte tan difícil asignarme una casita en Pinar del Río”.
Los momentos
JDA: “Hemos narrado todos los triunfos de Pinar. Pero el de Vegueros en 1978, el primero de todos, aquel de la mano de José Miguel Pineda, es inolvidable por lo que representó pero también por el recibimiento de la gente, que estaba eufórica”.
SFP: “El triunfo sobre Matanzas en la Serie 53. Yo estaba narrando el inning decisivo y me emocioné muchísimo con el ponche de Vladimir Baños a Ariel Sánchez que le puso fin al campeonato”.
Los maestros
SFP: “Eddy Martin y Bobby Salamanca. El primero, un hombre muy profesional. El otro, un fuera de serie”.
JDA: “Coincido. Nos ayudaron mucho, al igual que Héctor Rodríguez, un compañero magnífico del que mucha gente se hizo opiniones erróneas”.
Las estrellas
SFP: “Para mí lo más grande que ha pasado por los diamantes cubanos ha sido el Señor Pelotero, Luis Giraldo Casanova. Era increíble. Corría, bateaba, tiraba, le sobraba inteligencia… lo tenía todo”.
JDA: “Me inclino por Omar Linares, que fue un gran capítulo de la pelota en este país, y al que todavía no se le ha hecho el retiro oficial que se ganó con toda la gloria que le dio a Pinar y a Cuba”.
El equipo
JDA: “Lo que más lo distingue es la garra. Esa capacidad para jugar bien los juegos enredados, porque tiene una filosofía de victorias que lo acompaña desde hace varias décadas”.
SFP: “Exacto, esa garra es la característica principal. Mira hombre por hombre y verás que este año el equipo no era superior ni a Ciego ni a Matanzas, pero le ganó a este último y casi le remonta un 3-0 al otro. El tema es que sabe jugar play offs”.
La decadencia
SFP: “Nuestro béisbol no está en su mejor momento por razones obvias. ¿Te imaginas el equipo que tendría Pinar, por ejemplo, si no fuera porque se nos han ido un montón de peloteros? Pero este país es un semillero de talentos y va a salir de eso, y todo volverá a ser como fue hace poco más de medio siglo, cuando solo Estados Unidos era capaz de dar más jugadores de primer nivel”.
JDA: “No obstante, hay un deterioro visible que está más allá de las deserciones. Los directivos del deporte y en específico del béisbol tienen que cambiar la mentalidad, porque en sus manos está la toma de decisiones, para bien o para mal”.
El arraigo
SFP: “Pinar nos quiere. A cada rato sentimos las muestras de apoyo y cariño, y eso retribuye nuestro esfuerzo”.
JDA: “Cuando nos vayamos, el pueblo lo va a sentir. No porque seamos tan buenos ni mucho menos, sino porque son muchos los años escuchándonos. Aquí hay gente que cuando transmiten a Pinar por televisión, le pone el mute al TV y oye el juego con la narración de nosotros”.
Los desacuerdos
JDA: “Sí, unas cuantas veces nos hemos molestado uno con el otro, pero eso no ha durado más que unos minutos. Al ratico se ha resuelto el problema, y lo pasado, pasado está”.
SFP: “Han sido cosas muy pasajeras. Nunca nos hemos sentado uno al lado del otro a la espera de que se equivoque para hacer una fiesta interna. Eso sí que jamás puede pasar”.
Las claves
SFP: “Una cosa que nos ha favorecido mucho es que nuestros estilos son distintos. Julio es el narrador serio, sólido, más centrado en la circunstancia misma del juego, y yo, salvando las distancias, pertenezco a esa línea jocosa de Salamanca, siempre a la caza de inventos para salpicar los partidos. Y lo mejor del caso es que no hay envidias entre los dos. Si a mí se me pierde un fly él me lo señala con el dedo, y yo hago lo mismo con Julio. Y al final de los juegos todavía nos preguntamos cosas como ‘¿tú me viste bien en el jonrón del séptimo?’ o ‘¿estás de acuerdo con lo que dije sobre la jugada de corrido y bateo?’”.
JDA: “Una de las claves, tal vez la más importante, para que hayamos estado juntos en la cabina tantos años, es el amor que sentimos por este trabajo. En cualquier momento podemos irnos y dejar los micrófonos al relevo, pero creo que siempre habrá que recordar en Radio Guamá la entrega y las ganas que le pusimos Ferrer Pimienta y yo a las narraciones de pelota”.
Leyenda
*El paso de Ferrer Pimienta por las Series Nacionales se resume en una temporada, ocho juegos relevados, 18 entradas lanzadas, bateo adversario de .316 (25 en 79), ocho limpias, 16 bases por bolas, cuatro ponches y efectividad de 4.00.
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