¿A qué niño no le gustaría ser alumno de Pedro Luis Lazo?

Tras conocer la decisión personal del ex lanzador Pedro Luis Lazo Iglesias de entregarse por completo al trabajo con los niños, me dije desde el más profundo silencio: "ahora si apretó el negrón del poblado de Río Feo, en Pinar del Río".

Lazo enganchó el corazón de mucha gente, desde su mismo inicio en series nacionales. Lo recuerdo novato, vestido de forestales en la temporada 1990-1991. Parecía otro más en la novena, pero con una estrella radiante sobre la cabeza.

Ahora que el astro anuncia su nuevo gozo, me lo imagino en los terrenos. Para él, nada resultará difícil, pues conocemos ese chiquillo que lleva dentro, ilusoriamente dormido.

Sus experiencias, como padrino del Hogar Provincial de Niños sin Amparo Filial, lo ayudarán a enfrentar la nueva tarea que lo convertirá en maestro del deporte.

Un día alguien llegará al terreno para decirles a los peloteritos quien es su profesor. A Lazo jamás se le ocurrirá entrar en esos detalles, es tanta su humildad, que ha vivido cerrando puertas a la fama y la popularidad.

Pero insisto, gritarán a los cuatro vientos "muchachos, el profe fue un gran lanzador, líder en juegos ganados en series nacionales, con 257 e incluido, entre los mejores 10 serpentineros cubanos de todos los tiempos".

Este comentarista añade a lo anterior: es el más destacado en los play off efectuados en la Isla con 29 éxitos, siete salvamentos, seis lechadas y 311 ponches propinados.

Con toda esa historia y otras, que harían interminable la crónica, pregunto: ¿A qué niño no le gustaría ser alumno de Pedro Luis Lazo?