¡Que viva el Salón de la Fama del Béisbol Cubano!
El Salón de la Fama del Béisbol Cubano, una utopía que hizo realidad la propia perseverancia humana, regresó tras una ausencia que superó las cinco décadas.
Un grupo de 13 personas denominado “Entusiastas del Béisbol”, junto a otros compañeros, se reunieron en el espacio Adolfo Luque, del estadio Latinoamericano, en La Habana, para hacer historia los pasados viernes y sábado.
El proyecto apunta contra el olvido, traza pautas por el bien del béisbol y honra a 20 mil hermanos, que desde 1874 y hasta este momento, hacen cada vez más grande, contundente y cubana la nación.
Antes de 1961, fueron exaltados más de medio centenar. Sus nombres reposan en el legendario estadio Latinoamericano.
En noviembre-2014, tras la refundación reciente, se suman: Esteban Bellán, Camilo Pascual, Orestes Miñoso, Amado Maestri y Conrado Marrero.
También, Omar Linares, Luís Giraldo Casanova, Orestes Kindelán, Braudilio Vinent y Antonio Muñoz, todos surgidos de Series Nacionales.
El Salón de la Fama del Béisbol Cubano se propone, cada año, llenar de gloria un grupo de estrellas. No excluye por credos y tendencias políticas, tampoco discrimina por el color de la piel.
A raíz de su resurgimiento, nace el Premio Anual Martín Dihigo, que se otorgará a personalidades, organismo e instituciones de excepcionales aportes a la disciplina.
Por acuerdo unánime, los participantes en el coloquio, lo concedieron por primera vez. Merecido reconocimiento, que aplaudimos de corazón, al compañero Fidel, líder histórico de la Revolución.
Finalmente este párrafo. Parecía un imposible que los asistentes llegaran al punto de consenso en varios asuntos medulares, pero más alto que las diferencias, volaron la intuición y la necesidad de homenajear, a los grandes héroes del béisbol.
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