Serie Nacional de Béisbol: ¡No! a las falsas expectativas
Percibo que el equipo pinareño de béisbol está en un callejón sin salida, y que no alcanzará la luz. Esa es la verdad, no decirla constituye pecado mortal, que irrespeta a una afición merecedora del sitial más elevado.
Por estos días, no han faltado personas que, cargadas de buena energía, me expresan: “Ayuda a Pinar del Río, habla bonito del equipo, sin susto, compadre”. Banal sugerencia, que nos aleja de la objetividad y el sagrado compromiso de informar, como corresponde. Nada beneficia crear falsas expectativas.
De un equipo que batea 238 colectivamente, poco podemos esperar. Un juego de pelota se gana cuando usted hace más carreras que el contrario, no existe otra fórmula. ¿Y qué se necesita para fabricar anotaciones? Batear.
Aunque para alcanzar la victoria se conjugan disímiles elementos, éste pesa de verdad.
En nuestro criterio, los peloteros pinareños tienen una deuda grande con el terreno, solo Luís Alberto Valdés, escapa al desmoronamiento ofensivo. Esto quiere decir, es cuestionable la preparación realizada.
Por estos días se escuchan diversas opiniones, unas relacionadas con la desmotivación de los actuales campeones, lo que no pongo en duda. Dicen –también- que el recurso económico prometido tras concluir la temporada no llegó, lo cual es falso pues todos lo recibieron.
Hay quienes refieren que solo cinco peloteros pinareños van a la Serie del Caribe, algo que no es oficial aunque -en realidad- pudieran ser menos si el bajo rendimiento continúa. Además, no faltan los que aseguran la existencia de problemas sicológicos entre los integrantes del equipo, hecho serio y real, que estudian los especialistas.
En resumen, hay tela por donde cortar cuando del equipo Pinar del Río se trata. Cualquiera que sea el resultado en la temporada, se impone seguir trabajando, avanzar en el proceso renovador. Los que ya cumplieron, están en la obligación de ofrecer oportunidades a los que llegan.
En este último aspecto se visualiza un peligroso estancamiento.
Repasemos algunas cifras: el equipo tiene siete victorias y 13 derrotas, en 20 partidos efectuados, le restan 25. Saliendo airoso en 18, pudiera concluir como el último clasificado.
Es una tarea difícil, pero nada tiene de imposible, porque “donde las dan, las toman” y todos sabemos que “la pelota es redonda y viene en caja cuadrada”.
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