Mijaín López: legado, historia y humildad

Mijaín López Núñez,  más allá de sus títulos olímpicos en Beijing – 2008 y Londres-2012,  guarda celosamente cinco reinados mundiales. No será fácil para ningún otro deportista de lucha greco, superar este legado  que hizo realidad un hombre, cuyo temple deja claro donde se forjó el acero.

Durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro-2007 lo tuve muy cerca, antes y después del combate que lo bañó de oro. Recuerdo que muchas de las personas presentes en la sala eran brasileños, gente humilde que bajaron de las fabelas para estrechar su mano.

El gigante de 1 metro y 98 centímetros, no defraudó al respetable, le dedicó tiempo y amor. A partir de ese momento conocí mejor al fornido moreno que, antes de ser gladiador, batalló una y otra vez, entre guantes y pelotas.

La humildad de Mijaín es indescriptible, y lo lleva tan lejos porque fama y popularidad sin límites, en personas como él, no truncan  una  conducta reconocida.

Su presencia en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Sudáfrica-2010, y  el escaño ganado en la Comisión de Atletas de la Organización Deportiva Panamericana, engrandecen al gigante, protagonista de agarres e  inmovilizaciones, que han derrotado sumas millonarias.

Mijaín es grande desde su mismo nacimiento el 20 de agosto de 1982.  Nada ha podido cambiar el rumbo de una historia cubanísima, hija de  caña, tabaco y ron.

En noviembre de 2012, tras recibir el Botón Olímpico otorgado por el COI, el pinareño dejó claro que toda la gloria vivida es permanente compromiso con el presente y el futuro, con los que escalaron un picacho que es hoy símbolo de la Patria.

Antes de despedir al campeón, que es también Licenciado en Cultura Física y Deporte, los invito a brindar por su Botín de Oro, entregado por el Consejo Panamericano de luchas Asociadas.

Donde la tierra se besa con el mar, en una Isla caribeña de héroes y heroínas, irradia luz, como un sol, Mijaín López Núñez. 

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