Por quien merece amor
Dedicamos nuestro primer pensamiento a ustedes, este 8 de marzo y siempre, convencidos no habrá historia sin esa luz que irradia amor, ilustrada con el sello inconfundible de la palabra mujer.
Convergen ternura y encanto, en el talento innato que llevan consigo, como niño recién nacido que abandona el vientre de la madre para llorar sin consuelo, en su primer tropiezo con la vida.
A ti, heroína de mil batallas, capaz de pelear contra el tiempo y las dificultades, sin retroceder un ápices, este abrazo fraterno que lo distingue la pureza de su esencia, pues brota de sentimientos agradecidos.
Vendrán marchas y contra marchas, luces y sombras, pero nada sobre la faz de esta tierra borrará el excepcional ejemplo de la madre, combatiente, maestra, campesina o sencillamente ama de casa, que vive para hacernos feliz.
Son pocas e insuficientes las palabras para concretar el brillo de una idea, pero vale la pena sin lenguaje rebuscado, dejar entre ustedes este mensaje.
Honor, virtud, bravura y valor. Cuatro palabras que apuntan hacia un denominador común: Nuestras Mujeres.
¡Feliz 8 de marzo!
0 comentarios