Crimen de Barbados: los que matan sin parar
¿Donde están los que matan sin parar? Están en las calles señores, son terroristas confesos, diseñados para ejecutar la peor de las maniobras: privar de la vida a personas inocentes.
Fueron esos (hombres malos) los que apagaron la existencia el seis de octubre de 1976, a los integrantes del equipo juvenil de esgrima, ganador de las medallas doradas, en el torneo centroamericano y del Caribe, efectuado en Caracas, Venezuela.
Entre las 73 personas (todas desaparecidas), 57 cubanos. La aeronave fue sacudida por varias explosiones, planeadas, organizadas y ejecutadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Reprochables personajes alimentados por un cinismo cruel, como Posada Carriles, Hernán Ricardo, Orlando Bosch y Freddy Lugo, se acreditaron la voladura, que este 6 de octubre cumple 35 años, sin el merecido castigo que la humanidad exige.
Villanos, disminuidos como seres humanos, cuya ruta para llegar a la madre tierra siempre debió ser interrumpida por la lógica. Ellos pusieron la bomba, y qué.
Nada les ocurrió, están inmunizados contra la justicia, la desconocen, burlan y pisotean, con el apoyo incondicional del imperio norteamericano, el mismo que viola las resoluciones de la ONU y pretende ser dueño del universo.
Ese que dice ser y no es paladín de los derechos humanos, que mantiene en injusto encierro cinco antiterroristas cubanos, condenados por defender a su pueblo de embestidas enemigas.
Hoy, mañana y siempre, caiga sobre los autores el desprecio de los buenos, en esta hora de marcha unida, liderada por los héroes de la patria, presentes y ausentes.
Crimen de Barbados: sus autores son los que matan sin parar.
0 comentarios