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VIDA, AMOR Y DEPORTE

Mi nuevo amigo: Un Cholito ecuatoriano

Mi nuevo amigo: Un Cholito ecuatoriano

(El siguiente texto relata, una experiencia inolvidable durante mi última visita a Ecuador, concretada en los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre -2007.)

Mi nuevo amigo: Un Cholito ecuatoriano

Tengo un cholito ecuatoriano que día tras día, no me pierde pie ni pisada, afable, mal hablado y picaron, nacido en un barrió humilde de Guayaquil, con pobreza extrema y grande deseos de triunfar.

Lustra zapatos, vende periódicos y come guatita. Siempre, en la tarde, deja un espacio para patear el balón de fútbol, y visitar el comedor de Don José; allí encuentra el medicamento apropiado para aliviar la pena de un estómago retorcido, y casi peleado con los alimentos.

De Cuba, poco le falta por conocer, Habla de los grandes campeones del deporte, como mismo pregona el Diario El Universo; con facilidad y maestría.

Recuerda a Teofilo Stevenson, Félix Savón y Mario Kindelán, “panita, que clase de boxeadores esos”, dice mientras sus ojos se pierden en el infinito, para soñar despierto y comentar que una vez, él trato de ser como ellos.

Muchos técnicos deportivos de la Isla que han visitado Guayaquil, son sus amigos. Miguel Borroto, de Camagüey, Jorge Hernández, de La Habana y Francisco Javier Carbonell, de Villa Clara, aparecen entre otros, en su extensa relación.

¿Por qué este cholo ama tanto a Cuba?

El mismo responde, “puta, ustedes son fuertes, a los mismos gringos, Fidel, no les permite una güevada. Los quiero por eso, ¿sabes lo qué paso ahora en la ONU?

Guardo silencio, y acto seguido le comento. “Sí, 184 Naciones votaron a favor de la Resolución Cubana que por XVI ocasión reclama el cese del bloqueo contra la Isla.

“Aunque habitualmente, al bla, bla, de los gringos, Cuba no le presta mucha atención, la realidad es, que cuando hay que pararle bola, Fidel lo hace, y sabes, ellos respetan al Comandante”.

Con tenis negros, pantalón desteñido y camisa arrugadita, este Cholo ecuatoriano, se ha convertido en ídolo de los técnicos deportivos cubanos aquí. El no puede vestir como los aniñados, que juegan tenis o exhiben ropas de marcas.

La grandeza de mi nuevo amigo está, en las fuerzas de su corazón, en la invitación que cada día me formula para andar y respirar con el inexorable valor que encierran, los 60 segundos de un minuto.

Hasta más ver, Cholito.

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