¡Desde Pinar del Río, felicitaciones Matanzas!
Este martes 19 de octubre, otra vez el béisbol cubano regresó a la manigua redentora y dijo al mundo -aquí estoy para volver a empuñar el machete mambí y defender la patria indoblegable-.
En ceremonia con brillo de -simbolismo, patriotismo y arte-, el legendario deporte, recibió la condición de Patrimonio Cultural del Archipiélago.
Bailó de sana alegría Pueblo Nuevo y su gente tan especial, que tras años de espera prolongada hicieron realidad la razón.
-No hay otra ciudad del país donde se halla jugado pelota, por vez primera, fue en la Atenas de Cuba, aunque algunos increpen y polemicen a favor nuestra querida Habana-.
La bola rodo sobre el césped yumurino el 27 de diciembre de 1874, allí se escuchó la voz de a jugar en puro estreno. Cuantos recuerdos y hermosas memorias de anfitriones y visitantes, guarda el béisbol cimiento de una gloria que respira patrimonio.
La pelota también asume el legado de ser un simbolo importante de la nación, y de todos los que hemos crecido y desarrollado habilidades a la sombra de una pasión increible.
En el estadio Palmar del Junco, han sido exaltados medio centenar de amantes de la pelota, cuyos testimonios ofrecen luz propia a la recia batalla que todos librados contra el ignominioso olvido.
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