Para muchos aficionados el futuro del béisbol en Pinar del Río, como en el resto del país, parece recorrer por trágica pesadilla, cuyo despertar pudiera tardar algunos años, matizados por grandes esfuerzos.
Tenemos puntos convergentes con las personas que así se proyectan, ciertamente salir de donde estamos no es cosa fácil, pero tampoco un imposible que frene esperanzas reales, que hoy veo con buenos ojos.
En breve nos fuimos al “Capitán San Luis” y presenciamos un juego del equipo 15-16 pinareño, frente a su homólogo de La Habana, que despejó incógnitas y nos hizo pensar con realismo. ¡Señores, no todo está perdido!
En ambas novenas pudimos ver en acción peloteros de probada calidad, lo que llaman muchos “diamantes en bruto” que van a perfilarse en la misma medida que los años pasen y las experiencias lleguen.
Jóvenes con buen somatotipo, deseosos de jugar béisbol y respirar en la sabia de veteranos maestros del deporte, nos ofrecieron la mejor impresión sobre la grama del legendario estadio Capitán San Luis.
Tratando de resumir en pocos párrafos varias ideas: que la pelota nacional no anda bien, es verdad; que hay suficiente talento en las provincias y municipios, también es cierto; que todos unidos podemos avanzar más rápido, le pongo el cuño.
No albergo dudas, Cuba es un semillero de talentos; si trabajamos con amor acortaremos distancias y el tiempo se hará pequeño, para volver a los planos estelares con nuestro primer pasatiempo.
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