No al anonimato; que viva el aplauso y la sonrisa

Tal  parece que en la banca de Pinar del Rio se respira aún el poder mítico de Alfonso Urquiola Crespo, un camarero considerado el mejor de Cuba, que posteriormente creció hasta el infinito, entonces como director de este equipo y la selección nacional.

En la cueva del multicampeón se irradian las enseñanzas del maestro, y hasta se olfatea el humo del tabaco, que muchos aseveran tenía su haché, traspalando el tema por vericuetos espirituales.

El relámpago de Bahía Honda dejó un libro abierto con aleccionadoras escrituras; hay luz sobre el derrotero que ilumina a su mejor alumno: Jorge Ricardo Gallardo, hoy director de la armada verde-amarilla.

Se construye una gran obra, a golpe de amor y pasión. Los Vegueros, avanzan segundos en la tabla de posiciones, acechando a Ciego de Ávila, actual líder de la 55 Serie Nacional de Béisbol.

Esto nadie lo imaginó, pero aquí están los números que muestran como se vencen aparentes imposibles.

El equipo acumula 39 victorias, 10 en las últimas 11 salidas; el staff de lanzadores ha permitido una solitaria carrera (sucia) en cuatro juegos: uno frente a Matanzas y tres con la Isla.

Finalmente, durante la segunda ronda, los muchachos exhiben ocho éxitos y un fracaso, en el "Capitán San Luis". No pierden en su estadio.

Unidad y disciplina, son elementos clave en la dinámica de grupo que fertilizó Alfonso Urquiola y mantiene viva Jorge Ricardo Gallardo. No reconocer al maestro y su obra, es procrear el ignominioso anonimato, que priva al humano del aplauso y la alegría.

 

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