Concepción, más que cubano, cubanísimo
Solo mencionarlo es gloria imperecedera para el béisbol en la Isla. Remberto Concepción Barrios, marcó pautas como atleta y extraordinario ser humano, capaz de construir la inmortalidad de la vida.
Desde muy joven se inclinó por una pasión que la trajo consigo, el 21 de febrero de 1935, día de su nacimiento, y que fluyó por el torrente sanguíneo familiar como agua de los ríos.
Sus primos hermanos Dagoberto Concepción y Pedro Ramos, llegaron a las Grandes Ligas del Béisbol, en los Estados Unidos, y no como pasaje cualquiera que emborrona una cuartilla.
Remberto, realizó sus primeras incursiones beisboleras en el poblado -El Corojo-, entre muchas miradas que lo tildaban de soñador sin horizonte. Después, el propio astro se encargo de escribir la historia.
Como lanzador se desempeño en la Liga Popular vueltabajera, con un equipo emblemático: Casa Martha. También con el Fassa Ferretería. Con esas novenas sentó cátedras, envuelto por una humildad difícil de superar.
El scout Joe Cambria, en 1957, lo toma de la mano hasta conducirlo a los Senadores de Washington. Jamás pudo pensar el guajiro del Corojo, tanta fama y popularidad rondarían su entorno.
Arraigado a su patria como pocos imaginaron, más que cubano, cubanísimo, de los pies a la cabeza.
Remberto Concepción, regresó para siempre a la tierra sanluiseña que guarda sus restos mortales, en 1959.
0 comentarios