Cuba ratifica hegemonía boxística
Domadores de Cuba, fue la única franquicia ciento por ciento nacional, en la IV Serie Mundial de Boxeo. Lo anterior, a juicio de este comentarista, fue elemento decisivo en una victoria que ha dejado perplejo a los especialistas, dentro y fuera del país.
Repasando estadísticas, llegamos a la conclusión que las restantes dotaciones incluyeron, por lo menos un foráneo. Ni los escuadrones europeos -súper favoritos- renunciaron a la posibilidad de extranjeros.
Rolando Acebal, entrenador jefe de los Campeones, fue un convencido que la porfía finalista ante el Bakú Fires, era un compromiso de altura, con aristas complicadas: la primera, competir de visitador.
No obstante, el avezado preparador, oriundo de la provincia cubana de Guantánamo, nunca dejo de expresar “Si podemos, porque estamos consagrados a la causa y el acondicionamiento ha sido perfecto”.
Esta afirmación sembró una importante semilla en tierra fértil.
“Los Domadores”, desde el comienzo, salieron a los escenarios prestos a hacerse respetar, siempre dando el primer golpe. Fue así que nació esta historia.
Los máximos ganadores del certamen, con 13 triunfos en 14 enfrentamientos, arrollaron en cuartos de final a Estados Unidos, y en semifinal a Rusia. En ambos casos obtuvieron resultados globales de 8-2. Después de transitar estos vericuetos, no tengo dudas, sumaron puntos validos para la coronación.
Nada los detuvo, ni siquiera las características novedosas de un certamen en cuyas primeras tres ediciones estuvieron ausentes. Lo que pudo ser mayor complicación, se resolvió fácil: los muchachos se adaptaron a pelear duro cinco asaltos.
Reconozco a los atletas, estuvieron inmensos. También sus entrenadores, verdaderos maestros del deporte cultivados por la Escuela Cubana de Boxeo.
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