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VIDA, AMOR Y DEPORTE

César Valdés: hay que saber irse antes y no después

César Valdés: hay que saber irse antes y no después

Nos han caído arriba en todas partes, como si nosotros fuéramos el mal de fondo, apunta César.Y ahora resulta que tengo que soportar que se diga que el arbitraje decidió la Serie Nacional..., confesó el umpire cubano César Valdés.

Puedes publicar que me retiro del arbitraje. Llámame cuando quieras. Un abrazo.

Ese fue el texto del SMS que César Valdés (junto con Omar Lucero, nuestro mejor umpire en activo) me hizo llegar hace unas horas. Y lo admito: inicialmente pensé que se trataba de una idea derivada de la cólera o el abatimiento.

Sin embargo, al conversar vía telefónica, César me convenció de que lo había pensado detenidamente:

“Han sido 22 años fuera de la casa y lejos de la familia – me dijo-, esforzándome por hacer mi trabajo con rigor y calidad. Y ahora resulta que tengo que soportar que se diga que el arbitraje decidió la Serie Nacional”.

Sus palabras chorreaban decepción, mezclada con una rabia contenida que asomaba a ratos en alguna frase. En el deporte insignia del país, César Valdés ha sido el árbitro insignia de los últimos años. Y, desafortunadamente, acaba de explotar…

“Hay cosas que no se pueden echar por tierra, ni permitírselas a nadie. Vale más decir adiós y con honores, que aguantarlas. Porque el arbitraje estuvo mal en los play off, pero hay muchas otras cosas de las que no se habla y también le están haciendo daño a la pelota”.

Según él -que no es hombre de andar masticando demasiado las palabras-, en Cuba estamos llenos de talento beisbolero, pero no hay sistematicidad en el trabajo ni atención a los atletas, técnicos y árbitros. “Y ahora resulta que nos han caído arriba en todas partes, como si nosotros fuéramos el mal de fondo. Es injusto y muy molesto”.

Con un Clásico, par de Juegos Olímpicos y cinco Mundiales a la espalda, el corpulento umpire de San Juan de los Yeras se retira con solo 47 años cumplidos. Está dolido, y no le interesa ocultarlo. Ni siquiera lo piensa dos veces cuando le sugiero reconsiderar la decisión…
“Nada de eso. Estoy listo para ayudar en lo que me necesiten, pero hay que saber irse antes y no después”.

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