¡No puede ser verdad! ¿La muerte venció a Teófilo?

Lo recuerdo de mi estreno internacional como Narrador Deportivo, en las Olimpiadas de Moscu-1980. El maestro Bobby Salamanca, uno de los mejores relatores de habla hispana del mundo y mi compañero de batería, me dijo: “Benjamin cada vez que venga Teófilo Stevenson a pelear, tu vas a describir sus combates”.

Recuerdo, se cumplió su designio.  El último de los seis   que sostuvo para bañarse  de oro en Moscú fue  contra Pior Zaef (el ruso) terminó por votación de 4-1. Ojo de Nigeria, entre los cinco oficiales actuantes, lo vio perder. Soberana falta de respeto del africano.
 
Zaef, era el más difícil rival de la época, junto otro ruso de probada calidad,   Igor Visolki y el pinareño Ángel Milian. Solo esos tres hombres podían frenar el tren tunero, elevado tres veces al estrellato olímpico.

Nuestra actividad profesional nos encontró otra vez, en el Mundial de Retadores de los Ángeles, Estados Unidos, en abril de 1984. Allí paseo la distancia en el ring ante la pupila insomne de los mercaderes del deporte, cuyas ofertas millonarias las hizo polvo “Pirolo”, seudónimo que lo identifico dentro y fuera del país.

Hace pocos años en Guayaquil. Ecuador, expresó  en Radio,  Televisión e importantes diarios, como El Universo y El Comercio, que nada era más importante para su vida que este pedazo de tierra cubana. El campeón olímpico de Levantamiento de Pesas Daniel Núñez, es también testigo de esa singular vivencia.

 Cuba y su pueblo heroico, despiden a Teófilo. Sus puños de acero y pegada mortal se identificaron siempre, con el extraordinario ser humano que llevó por dentro, hecho realidad en el respeto a los rivales y su altruismo entre las cuerdas.

Paz en tu tumba Teófilo.