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VIDA, AMOR Y DEPORTE

Abrazados a una misma pasión, muy lejos podemos llegar

Abrazados a una misma pasión, muy lejos podemos llegar

Pedro Luis Dueñas, orienta a los futuros receptores

 

La clínica beisbolera  del domingo en el estadio Capitán San Luis  elevó hasta el infinito del cielo la buena voluntad de la Dirección Nacional de Béisbol y la MLB de Estados Unidos. Abrazados a una misma pasión, muy lejos podemos llegar. 

Esta histórica jornada ilustró en blanco y negro los  puntos convergentes que nos suman, y no dejó espacio a los fatídicos temas que nos dividen y que tengo la certeza un buen día desaparecerán sobre la faz de la tierra

La andanza vivida fue bonita experiencia para los niños que abrazan ilusiones porque como me dijo el pequeño Oscar, -“todos queremos ser como Luis Giraldo Casanova, Omar Linares o el súper zurdo Omar Ajete”-. Linda su expresión, que  premió el abuelo con un beso.

Fue maravilloso observar a nuestras glorias deportivas, esos hombres que vestidos de verde-amarillo se empinaron en los conjuntos de Pinar del Río, ahora como ilustres maestros del deporte. Ellos son un símbolo y su magisterio una página de sabia.

La parte norteamericana, integrada por Jordan Rodríguez y Pete Cacheiro, se marchó del estadio pinareño, llevando consigo la satisfacción del deber cumplido y la experiencia única e irrepetible de conocer seres humanos dueños de una humildad que se llama cubania.

En las conversaciones con  niños,  familiares y entrenadores, los propios visitantes dejaron muy claro que fueron experiencias aleccionadoras, que nunca olvidarán; pues se guardan celosamente en la inmortalidad de los recuerdos.

Tan grande como estas clínicas beisboleras,  como el futuro y la fe, deben ser los tiempos que están por venir y que seguro convertirán al béisbol en noble embajador de la gravedad que une al cielo con la tierra.

 (Testimonios gráficos de Pepe Morejón Morejón)

 

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