Para muchos aficionados el futuro del béisbol en Pinar del Río, como en el resto del país, parece recorrer por trágica pesadilla, cuyo despertar pudiera tardar algunos años, matizados por grandes esfuerzos.
Tenemos puntos convergentes con las personas que así se proyectan, ciertamente salir de donde estamos no es cosa fácil, pero tampoco un imposible que frene esperanzas reales, que hoy veo con buenos ojos.
En breve nos fuimos al “Capitán San Luis” y presenciamos un juego del equipo 15-16 pinareño, frente a su homólogo de La Habana, que despejó incógnitas y nos hizo pensar con realismo. ¡Señores, no todo está perdido!
En ambas novenas pudimos ver en acción peloteros de probada calidad, lo que llaman muchos “diamantes en bruto” que van a perfilarse en la misma medida