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VIDA, AMOR Y DEPORTE

Dos momentos con Fidel, que nunca olvidaré

Dos momentos con Fidel, que nunca olvidaré

A finales del 60, tuve la suerte de ver a Fidel, desde muy cerca, subió hasta el poblado montañoso de Cañadones, en Minas de Matahambre; al regresar un grupo de niños campesinos  lo esperamos a un lado de la carretera, el auto donde venía el Comandante se detuvo.

Rápidamente le hicimos un cerco de amor y cariño. Fidel, dialogó con nosotros sobre muchos temas y también hizo preguntas; indagó sobre la escuelita del barrio,  “Francisco Vicente Aguilera”. Nos explicó sobre el ilustre patriota, cuyo nombre aun lleva el plantel.

En tiempo de despedida, nos dijo: “les prometo algo; entre estas montañas construiremos una escuela linda y ahí estudiarán ustedes”.

Fue así como nació el Semi-Internado de primaria Ho Chi Minh, del poblado La Pimienta, en Minas de Matambre. En menos de un año se edificó la obra, que aún permanece como un símbolo, que desafía el tiempo y confirma la grandeza de Fidel.

Tuve otro momento de acercamiento al Comandante. El 29 de agosto de 1999, recibió a todos los integrantes de la delegación cubana, que regresamos del Mundial de Boxeo, efectuado en la ciudad norteamericana de Houston.

El día anterior (28 de agosto), Cuba se fue del Mundial por las atroces decisiones y el constante acecho a los atletas. Fidel, ordenó la retirada, y dirigió magistralmente nuestra salida de Estados Unidos. Esa noche, no durmió y vía telefónica siempre se mantuvo en contacto  con la delegación.

Pepe Barrientos, Comisionado Nacional de Boxeo del INDER, y Jefe de la comitiva nos decía cada 15 o 20 minutos: llamó el Comandante y nos pide ecuanimidad y prudencia. Nos dice que extrememos las medidas de seguridad.

Todo lo anterior es una descripción de ese Fidel, heroico e imbatible, que nunca olvidaremos, porque somos su propia obra, edificada sobre  un corazón único que carga consigo la historia de un pueblo. Buen Aniversario Fidel; en estos 93 años se multiplica tú heroico ejemplo.

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